La llama que hasta ahora había mantenido su vitalidad y su fuerza para luchar en esta vida parecía apagarse mientras que, a su vez, crecía en su interior otra nueva fuerza denominada ira.
La locura, la rabia, la impotencia crecían con tal fuerza en su interior que no podía controlar sus impulsos. Empezaba a perderse hacia un encierre oscuro y maligno de autodestrucción.
Su vulnerable alma se tornaba cada vez más maliciosa, todos sus actos tenían una meta a doble juego, se sentía dominada por algún demonio que se apoderaba de ella.
Su mirada fija, clara y transparente se volvía cada vez más oscura y nublada. Sus finas manos que inspiraban calma y suavidad se transformaban en desgastadas, tensas y rasgadas. Su voz parecía haber olvidado la armoniosa melodía de un hablar silencioso para perderse en la locura del grito y el sinsentido.
El ángel convertido en demonio y el paraíso en el infierno. Nada era igual, los actos hablaban por si solos sin decir nada coherente.
No podía controlarse, no podía hacer nada más que no fuera sentir dolor.
El huracán que por momentos parecía retener merecía explotar, salir al exterior de algún modo… necesitaba sentir una “liberación” que le ayudara a simbolizar todo aquello que en su mente aparecía como abstracción. El dolor interno debía manifestarse al exterior y optó por la opción más sencilla, pero quién iba a decirle en aquel entonces que la opción más fácil se convertiría en la más complicada y que estaba tomando tan solo un billete, el de ida, hacia la perdición. A partir de ahora ya no sería la inofensiva, la lista, la coherente, la madura... sino que condenaría sus acciones al eterno etiquetaje de “conducta autolesiva”, bajo una personalidad “obsesiva compulsiva”.
He querido poner este texto que escribí hace ya un tiempo porqué me parece un tema interesante para tratar y sacar a la luz, que sea reconocido como algo que ocurre. Por eso aprovecho que es algo que me ha tocado bastante de cerca para reflejar una mínima parte de lo que se puede pensar, lo que se puede sentir, de lo que puede condicionar..
Es muy difícil tener una mente poderosa y perversa, una familia desfavorecida, un cuerpo no aceptado, una identidad “ambigua”, una tendencia sexual “desviada” de la “noramalidad” u otras cosas que hacen perderse en unx mismx cuando se es adolescente.
Aquí dejo una página que cuenta más o menos, repito: más o menos, qué es la autolesión.