viernes, 17 de julio de 2009

Puede considerarse como una continuación del post anterior ..

A veces siento decir las cosas como las digo, pero cuando pienso y siento la rabia que me despierta el macho y el como éste se ha ido construyendo socialmente, no siento ningún tipo de lástima por utilizar las palabras tal y como me salen de dentro; no siento nada que haga retenerme, porqué la “pena” se anula cuando se tiene razón, cuando se siente de verdad, cuando notas que la sangre te fluye por las venas con más intensidad por haberse encendido la lucecita de la rabia, del odio, del grito y: grrrrr! Se entrelazan gritos de dolor y de placer, de odio y amor… porque aunque el asco se arrastre por mis venas también fluye el placer de poder gritar y reivindicar con fuerza: ¡Esto no me gusta! O ¡No me da la gana que sea así! Y crece el amor de quererse más a una misma y de querer cada vez más a aquellas que son, piensan y/o sienten como tú.

(Esto me da paso a otras reflexiones, que horroooor, no puedo dejar de escribir. Otro día..)

1 comentario:

ITU dijo...

hay quien canta que la rabia es su vocación...sobre todo cuando es rabia de injusticia ;)...

;P