jueves, 1 de marzo de 2012

INCONCIENCIA

Ahora ya hacia un tiempo que no me invadía un temporal de angustioso pánico y de inmovilidad total, pero esta semana está siendo horrible.
El martes a la mañana desperté al borde de un ataque de ansiedad, taquicardia, dolores por todas las partes de mi cuerpo, tembleques que me impedían andar y la suma de una angustia producida por la falta de recuerdos del día anterior.

Al intentar investigar sobre mi excesivo malestar producto del paréntesis de inconciencia, descubro otro monstrua en mi, una monstrua que no solo se destruye a si misma, sino que proyecta hacia fuera chungos actos y sus consecuencias.
He dado vueltas y vueltas, pero es absurdo dar vueltas esperando encontrar algo en un desierto vacío, la inconciencia lleva integrada en sí misma la incapacidad de conocimiento. Por mucho que una tenga que dejar de hacer grande una bola que no lleva a ningún lugar, por mucho que a veces sepamos que no debemos dramatizar… no es fácil. Y cuando a una le da la hipersensibilidad y el odioso sentimiento de culpa, que se sabe que es un sentimiento muy cristiano del que nos tenemos que desprender para no autoflagelarnos, es inevitable no machacarse dándole a la cabeza. A veces consigo pararla, pero esta vez no ha sido tanto a nivel mental el malestar, sino un cúmulo de sensaciones, algo se me ha roto dentro de mí.

Estoy decepcionada, decepcionada conmigo misma.
No puedo intentar explicarme mas porqué llego a ciertos estados de descontrol, porqué NO LO SÉ, sólo sé que debo rebajar este frenético ritmo, que no debo excederme en lo que me hace perderme y otras cosas que no son para contar en un post.

El bajón del martes ha ido acompañado de más cosas: de una pequeña depresión en la que solamente me ha venido en gana quedarme semanas durmiendo, de un profundo sentimiento de soledad, de un miedo terrible a mí misma, de sentir que realmente no hay nada que valga la pena y que todo lo que hago para mantenerme es únicamente para decorar esta podrida vida.

Ayer me llamo mi madre, dice que el lunes habló conmigo y me contó algo de mi prima. Yo no me acuerdo. Ella está muy preocupada por mí, me dijo: laia, háztelo mirar. Le pregunto por mi prima y me dice que si no me acuerdo que me contó que tiene un tumor cerebral, que la han ingresado de urgencias y la operan la próxima semana. Pues no, yo no me acordaba de nada… mi sentimiento de culpa se reproduce y el odio hacia mi misma también. Al colgar el teléfono pienso en mi prima, en su vida, en su muerte… la muerte. Estallo a llorar, no puede ser, no puede ser esta puta mierda otra vez. No voy a contar mas sobre mis pensamientos en este momento porqué creo que hasta el ordenador desarrollaría un mecanismo chungo para autodestruirse y explotar.

Hoy recibo otra llamada de mi madre, llorando me dice que mi prima está peor y que se va a Madrid con la familia, que cuide del perro. Han pasado unas horas de incertidumbre y por fin mi madre ha llamado, ya está operada y ahora hay que esperar para ver qué tal está todo.


Llevaba toda la semana intentando escribir, pero no podía, solo mi cabeza tenia movimiento y un movimiento bastante turbio… Hasta esta momento no he podido sacar nada.